Quien es Otaniburila?
Es mi obligación en este punto recordar, por cuánto me es posible, el inconsciente protagonista: si por casi todos los frecuentadores de aquella clase podia valer, (también a pesar nuestro), el apelativo de "chicos de buena familia", el chico en cuestión era considerado la extrema síntesis de esta definición: alto, siempre elegante, dotado de aplomo no común, se rumoreaba que era conde, pero de lo que todos estaban seguros era de que fuera rico. No extraño a estas valoraciones, hizo su parte un apellido (verdadero) que llamaba explícitamente una variedad de corindon, piedra preciosa que no podia no invocar simbólicamente un estatus social bien preciso; pero increíblemente todo eso no lo hacia antipático.
Acogió con una mezcla de británica separación y mesurado interés la propuesta de los nuevos apodos, a pesar que lo que le habia tocado resultara particularmente poco adecuado.
Quizás sabiamente intuyó que la propuesta habría tenido vida breve, como efectivamente fue, superada por nuevas entusiasmantes iniciativas.
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