viernes, 16 de octubre de 2009

Maldito sea, hay humo en la cabina

(de SuperG)

No sé bien que cosa soy, pero si tuviera que definirme quizás me definiría como "liberal" o algo asi, con algun esfuerzo, incluso, tolerante.

Estoy convencido, por ejemplo, que si uno decide no ser fumador, por mí, está libre de no serlo. No seré yo seguramente quien intente convencerlo de obligarlo a fumar.

De mismo modo pienso que quien odia las discotecas tiene todos los derechos a no frecuentarlas, quién no soporta las ostras tiene todos los derechos a no nutrirse de ellas, quién no bebe por lo menos dos litros de agua al día está libre de no beberlos, quién va con el cojo pueda no aprender también a cojear (*). No importa, no será el fin del mundo.

Luego, claro, no es que se pueda ser liberal del todo. Hay cosas que realmente no soporto y que prohibiría sin mas ni mas. No tolero por ejemplo los que el sábado visten el jogging y van al supermercado a hacer las compras; si ademas en los pies enhebran mocasínes negros veo pocas alternativas al fusilamiento sumario en el sitio en que se lo encuentre.

Y, como todos, pienso que si:

1. todos tuvieran las mismas ideas que yo (que son obviamente justas) y mis gustos (que son sin duda los más calificados)

2. las decisiones (aquellas importantes que conciernen a la suerte del mundo, (no que corbata anudarme al cuello a la mañana)) pudiera tomarlas sólo yo

el mundo sería un lugar bastante más agradable para vivir.

Todo esto y también lo otro pensé leyendo la noticia del camionero multado en 300 dólares canadienses en Ontario porque fue sorprendido conduciendo con el cigarrillo en la boca, (también retomada por Ennio Caretto en el Corriere). No porque en Ontario haya una ley que prohiba el conducir fumando. Tampoco una que prohiba fumar conduciendo. Pero si hay una que prohibe el humo en los lugares de trabajo. Por esta razon el diligente policía que se ha visto desfilar delante el camion en cuya cabina se reconoció claramente la brasa de un cigarrillo alegremente colgante entre los labios del conductor no ha tenido dudas. ¿Nunca vieron un camionero que yendo a hacer surf con el camion? ¿o qué vaya de excursion con el camion? No. Luego ése sin duda está trabajando. Y disparò el multon.

La cosa terminò en los periódicos y el mal humor, los interrogantes y las dudas han empezado a serpear.

¿El habitáculo de un típo que se desplaza con su coche del punto A al punto B por trabajo, es un lugar de trabajo?

¿Y el trabajador que un día decidiera trabajar desde casa, podría fumar un cigarrillo en el comedor?

¿Para un camionero hace diferencia si el camion es el suyo, o de su empresario?

¿Y el asfaltador que trabaja al aire libre? ¿Cómo debe comportarse?

El hecho es que los canadienses son un pueblo normativo. En la provincia de Alberta, por ejemplo, está vigente desde el 2008 una ley que, entre las otras cosas, prohibe de fumar a menos de 5 metros de la entrada de los edificios públicos. Entonces ocurre que uno puede encontrarse con carteles que intiman de apagar el cigarrillo, o en alternativa de atravesar la calle.


(*) “chi va con lo zoppo impara a zoppicare” (en italiano, del original) significa que es facil adquirir malas costumbres si se frecuentan personas con malas costumbres, intentemos evitar las implicancias de la palabra "cojo" en su acepcion argentina

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