sábado, 28 de abril de 2012

San Google nos proteja!!

Hace algun tiempo saliendo de un teatro, adonde había ido a ver un show de Tony Levin, junto con mi hijo, veo un pequeño grupo de personas que me saluda con grandes ademanes, me acerco con grandes ademanes yo también, nos abrazamos y nos damos besos.


Eran un tipo de anteojos, bastante alto no muy gordo, su mujer, bajita, también de anteojos, y un muchachito como de 17 o 18 años, evidentemente el hijo de ambos.

Al verlos los reconoci instantáneamente.

Es decir a sus caras, no a sus nombres, tampoco podía ubicar con claridad de donde los conocía.

Mientras me acerco hacia ellos y nos abrazamos, lucho desesperadamente por recordar sus nombres, disimulo presentándoles yo a T (mi hijo), de a poco empiezan a aparecer algunos datos en mi cabeza.

Puedo recordar que el era “EL” amigo de G, algunos años menor que yo pero nos hemos visto bastante a lo largo de los años, empiezo a recordar que estudiaba sociología? Tal vez filosofía?

A ella también recuerdo haberla cruzado muchas veces en la facultad, pero no tengo ni la mas puta idea de que estudiaba.

Les pregunto si siguen teniendo la casa de venta de productos naturistas y se me quedan mirando raro, ellos nunca tuvieron un negocio, ellos me preguntan si sigo viviendo en el departamento de la calle Yrigoyen, les digo que no, pero no alcanzo a comprender como sabían que yo he vivido en ese departamento, hasta que me recuerdan por algunos datos que ellos vivieron en el mismo edificio y varias veces nos hemos visitado durante el periodo en que vivíamos allí.

Mientras sigo trabajando en intentar recuperar mi capacidad asociativa y salir de ese atolladero, veo con horror venir desde adentro del teatro y en mi dirección directo como un torpedo, al ex marido de M (mi actual mujer)

Con el hemos sido muy amigos durante algunos años, hasta que terminamos distanciados por motivos que no vienen al caso ahora.

Despues de unos cinco años sin vernos, me pongo bastante nervioso por la inexorabilidad del saludo que se avecina.

Efectivamente quedamos cara a cara y nos saludamos como si nada hubiera pasado nunca, rápidamente y el se va y yo sigo hablando con el grupo de gente que para estos momentos ya están convencidos, puedo leerlo en sus miradas de lastima, que yo me he vuelto absolutamente idiota, solo espero que ellos lo atribuyan a los excesos de la década del 80 y no a un avance repentino de locura senil. Como ya no puedo sostener la situación, decido salirme por la tangente, poner como excusa que T mañana tiene que madrugar, nos despedimos y nos vamos rápidamente.

Mientras nos alejamos, le cuento a T lo sucedido, se merece la explicación ya que en mi visión periférica notaba su mirada clavada en mi, esperando mi colapso por subida repentina de presión de un momento a otro.

Cuando le explico, estallamos de risa y la alegría se suma a lo excelente del show que habíamos visto.

Tiempo después pude recobrar los datos que el defectuoso google que viene incorporado en mi sistema operativo y que esa noche estaba fuera de funcionamiento:

La familia estaba compuesta por el Negro Horacio y Griselda su mujer, que además era la hermana de la ex mujer de G, el que efectivamente era el amigo del alma del Negro, y además concuñado, aunque cuando se divorcio, la relación se enfrio.

Varias veces estuvieron en mi departamento de la calle Yrigoyen y hemos tomado varias cervezas en esos años.

El que había tenido el local de venta de productos naturistas había sido otro amigo de G, al que suelo ver de vez en cuando, se llama Astrosky, es bastante gordo no muy alto y nunca pero nunca uso anteojos.

Y mientras estoy tratando de escribir este relato sobre mi desmemoria cronica, debo mencionarlo por el apellido porque no he podido recordar su nombre de pila.


No hay comentarios: